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Nombre completo: Louise Herbert.
Clase social: Privilegiada. Ex-reina de Durkheim.
Edad: 46 años.
Historia: [Se revelará más tarde]
Personalidad: [Se revelará más tarde]
FC: María Doyle Kennedy.
Estado: Sin ocupar aún.
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Nombre completo: Sibila Bradford.
Clase social: Privilegiada. Reina de Durkheim.
Edad: 36 años.
Historia: Su padre no llegó a conocerla ya que cayó víctima de la sífilis. Cuando su madre quedó embarazada de ella, su esposo se vio ‘’obligado’’ a satisfacer sus necesidades con otras mujeres para no poner en peligro al bebé. Pobre de él, ya que la enfermedad había succionado la vitalidad de su padre hasta su inminente muerte. Fue criada por su madre durante los primeros años de su vida, pero tras volver a casarse y tener más hijos, se vio descuidada en favor de sus hermanastros y padrastro. Su educación fue también descuidada ya que la intención de su madre era casarla cuanto antes, concretamente a un barón que le doblaba la edad. Para su suerte el barón cayó en la guerra y su madre tuvo que buscar otro pretendiente para su hija. La busca se alargó un poco ya que tras la guerra muchos hombres habían muerto y los que habían sobrevivido buscaban esposas ricas, no como Sibila.
Años después de la guerra, el rey James se presentó en el castillo de su padrastro para descansar tras un día de caza con su séquito de hombres. Fue ahí, escondida tras una puerta, donde ambos cruzaron sus miradas. Había despertado su curiosidad y tras un largo cortejo por parte de él, acabaron casándose. Tras casarse con el rey se ganó la enemistad del duque de Rotherwood ya que este tenía otros planes. El matrimonio del rey con una súbdita del reino desperdiciaba una oportunidad de formar una alianza con una potencia extranjera, por lo que al principio se ganó el descontento de la corte.
James se encargó de que su esposa recibiera el respeto que se merecía, y algunas ocasiones en las que tenía que ausentarse para combatir algunas revueltas, actuó como regente, demostrando ser muy capaz.
Se acabó ganando el respeto de los nobles y súbditos, incluso la admiración de muchos. Pero el hecho de que aún haya dado un hijo al rey hace peligrar su posición como reina, y es muy consciente de ello.
Sabe que la familia de su esposo no la acepta ni le guardan afecto, por eso mismo ella se aferra al rey e intenta siempre mantener su influencia que tiene en él. Especialmente estos últimos meses ya que sospecha de que el duque de Rotherwood y la princesa Wilhelmina estén planeando poner a alguien en su lugar.
Personalidad: Es de carácter benevolente, conocida por su piedad y dulce corazón. Todos los domingos camina descalza hasta la capilla para pedirle a Dios un hijo y heredero, ya que nunca ha sido capaz de concebir. Suele esconder su tristeza tras una excesiva pomposidad en la corte real, en la que se encarga de traer a los mejores artistas del reino.
FC: Rebecca Ferguson.
Estado: Libre.
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Nombre completo: Wilhelmina D’Anglevoix.
Clase social: Privilegiada. Hermana del rey.
Edad: 30 años.
Historia: Llegó al mundo una mañana cálida de verano, ocho años después del nacimiento de su hermano mayor y heredero de la familia. Ocho años es lo que la separaba de aquello que siempre había querido; heredar el patrimonio de su familia. Desde pequeña sacó provecho de sus clases para ser la mejor. La mejor en historia, en matemáticas, en latín, bordando, bailando, etc. Quería demostrar a sus padres que era ella la digna heredera, lista y preparada para algún día ejercer como señora y cabeza de los D’Anglevoix. Un sueño que jamás llegaría a cumplirse, pues la rueda de la fortuna le tenía guardado otro destino, uno mejor al que ella aspiraba.
Cuando tenía diez años su familia tomó la corona, y su hermano se convirtió en el siguiente rey de Durkheim. Con ello se convirtió en princesa y ganó mucho poder gracias a su nueva posición. Su influencia sobre su hermano era muy obvia entre todos, y Rosamund logró retrasar su casamiento hasta que su cuñada convenció a James de casarla a un príncipe francés. El príncipe en cuestión le doblaba la edad y en un período de dos meses se formalizó su matrimonio. Tuvo que abandonar su reino para vivir con su esposo durante los siguientes siete años, al que nunca amó ni profesó cariño. Pronto se acostumbró al carácter del príncipe y siempre que visitaba su lecho, se encargaba de que bebiera una copa de vino con unas hierbas que lo dejaban dormido. Así evitó quedarse embaraza y cuando se hartó de él, no dudó en acabar con su vida con un sutil veneno.
Después de tres meses de su muerte y de que los nobles franceses se aseguraran de que no estaba embarazada, Wilhelmina partió de vuelta a Durkheim. Volvió a recuperar su posición, pero no había olvidado lo que su cuñada le había hecho. Aquellos siete años habían sido un infierno para ella, y quería vengarse. Se aseguró de administrar secretamente un líquido en sus bebidas y comidas para evitar que la reina concibiera un hijo, y así lograr convencer a su hermano de que tomara otra esposa y deshacerse de ella. Aunque aquello no funcionó ya que el amor que sentía por ella le había cegado.
En cuanto a ella, nada se interpone en su camino y sus objetivos de venganza.
Personalidad: Es observadora, fría y calculadora, y probablemente no haya mujer como ella en todo el reino. No siente cariño ni amor por nadie que no sea su familia, por la cual daría y haría cualquier cosa. Tiene mucho cuidado de los nobles, y procura tener espías que la mantengan informada de lo que sucede en la corte y la capital. Odia profundamente a su cuñada en secreto, pero aunque lo esconda entre sonrisas y muestras de afecto la tensión entre ellas es latente.
FC: Sarah Bolger.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Jane Dumont.
Clase social: Privilegiada. Duquesa de Rotherwood.
Edad: 55 años.
Historia: Fue la pequeña de una familia muy numerosa con muchos hermanos. Nació como la hija de un pobre conde que casó a sus hijos muy jóvenes ya que no podía mantenerlos a todos. Ella fue casada a un hombre más mayor cuando contaba quince años, enviudando a los dieciocho sin hijos. Sin haber heredado nada de su esposo, su padre la volvió a casar a un barón a los veinte años. Su segundo esposo fue más amable con ella que el primero, se encariñó con él y vivieron algunos años de felicidad. Jane continuó cultivando su mente y puso a prueba su capacidad de administrar sus haciendas y tierras en nombre de su marido. Se volvió muy activa y responsable, lo que le ganó el afecto y amor de su esposo, así como el de los sirvientes del castillo. Demostró ser mucho más que una esposa y se ganó el respeto de sus arrendatarios y vasallos.
Esos años de dicha conocerían su fin con la muerte de su segundo esposo, cuya vida se apagó al caer enfermo del sudor inglés. En cuestión de días la fiebre se lo llevó, pero el dio tiempo a redactar un testamento en el que legaba todo a Jane a pesar de la ausencia de hijos en el matrimonio. Aquel último acto de amor la salvó de volver al castillo de su padre y de ser un peón en sus manos. Tras la partida de su esposo, Jane tenía un hogar y un ingreso que la sustentaría a ella y a sus vasallos, pues tras la muerte del señor ahora se debían a ella.
Decidió entonces no volver a casarse y dedicarse a los asuntos de sus nuevas haciendas. Se mantuvo como viuda por algunos años hasta que conoció a lord Rotherwood. Ambos eran adultos y viudos, ya no eran adolescentes en busca de ese amor de los que los poetas hablan. Buscaban estabilidad y seguridad, una pareja que les diera protección y que fuera de confianza. La chispa no nació hasta que se casaron y tuvieron a su primer hijo, lo cual llegó como sorpresa ya que en sus anteriores matrimonios Jane no había concebido. Tras la llegada del pequeño los dos se volvieron más cercanos y entre los dos llegaría a nacer el amor y afecto que se profesan ahora.
Jane volvió a demostrar tener el carácter que buscaba Rotherwood para confiar en ella sus tierras y haciendas. Durante sus largas ausencias como mano derecha del rey, ella se hizo cargo del castillo, de recibir las peticiones de los vasallos, de asegurarse de la recogida de la cosecha, y mucho más.
Apoyó a su esposo durante la guerra, y ayudó a recaudar dinero y convencer a nobles para cambiar de bando. Durante una ocasión, Jane logró reclutar hombres de más para la causa de Rotherwood y enviarlos a la batalla que casi pierden.
En el hogar también ha demostrado ser buena madre y tiene la devoción de todos sus hijos.
Personalidad: Es digna de todo el respeto y admiración en la corte real. Es una mujer curtida en la vida, para nada delicada y frágil como otras damas de su alcurnia. Los años han hecho de ella una mujer admirable.
FC: Joely Richardson.
Estado: Libre.
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Nombre completo: Elizabeth D’Anglevoix.
Clase social: Privilegiada. Marquesa viuda de Brosse.
Edad: 26 años.
Historia: Una tarde gris hace veintiséis otoños nacía gritando Elizabeth D’Anglevoix, y momentos más tarde la seguía su hermano Edward. La sorpresa de la segunda criatura y la emoción por que fuera un niño eclipsaron a Elizabeth por algunos minutos; en los años venideros, la situación rara vez se repetiría.
Los primeros tres años de su vida transcurrieron en la más absoluta calma, lejos de la corte. Estudiaba con Edward, siempre juntos y con los mismos tutores; jugaba con Philip; llenaba el palacio con risas y cantos y lloros. Era demasiado afilada para parecerse a Diana, cuyo nombre desconocía pero pesaba ya sobre ella, pero tenía el mismo cabello rubio y, cuando sonreía, los mismos ojos. Por un tiempo, eso bastó para el Duque.
Pero entonces nació Cecily, delicada como ella nunca podría ser, y absorbió las miradas de todo el palacio. A sus hermanos no se preocuparon (¿por qué tendrían que hacerlo? Philip ya brillaba por sí mismo en las lecciones, y a Edward no le importaba mucho alejarse de los focos), pero Elizabeth no tardó en darse cuenta de que su hermana era un ideal insuperable. Jamás despertaría la misma ternura que la menor. Pero si no podía ganar a Cecily en frágil y dulce, decidió que lo haría en todo lo demás.
Así, pasó a formarse en Política, Historia bélica, Retórica. Practicó todos los bailes que su hermana no podía, así como equitación. Siguió compartiendo instructores con Edward hasta mucho después de lo que sería apropiado. Se construyó en imagen y semejanza de su padre. Y, aunque el Duque no mostró nunca un favoritismo abierto, Elizabeth supo que no era suficiente. Thomas no quería una niña como él —para eso tenía ya a sus hijos —, sino una como la que perdió.
De forma que Elizabeth estudió, practicó, manipuló y se embelleció hasta hacerse un pequeño astro en la Corte. El círculo que la rodeaba se transformó en su imperio particular. Naturalmente, no fue complicado encontrarle marido cuando alcanzó la edad apropiada. Tan decidida en todo lo demás, Elizabeth se amoldó sin protesta a los deseos de sus padres. Su matrimonio con el Marqués de Brosse se celebró poco después de su vigésimo cumpleaños.
La unión no fue particularmente feliz, pero tampoco particularmente terrible. Como nunca había visto casarse como algo más que una herramienta, Elizabeth no se decepcionó por la falta de romance. No lo necesitaba: el Marqués y ella compartían la afinidad suficiente para cumplir lo que el protocolo requería en público como en la alcoba sin que ninguno de los dos sufriera, y la vida de casada le sentaba bien. Su marido, sorprendentemente, no se entrometía en sus asuntos, y ella le devolvió el favor.
Tal vez por esto quiso guardarse por un tiempo la alegría de su primer embarazo. Tras más de un año intentando concebir, no podía negar su impaciencia, pero la asombró descubrir que su felicidad iba más allá de la mera satisfacción por un deber cumplido. Era algo íntimo. Así que nadie más que su doncella de cámara y su galeno supieron de su aborto espontáneo. Elizabeth se aseguró de que no abrieran la boca.
El luto por su hijo y su propio fracaso hicieron honda mella en su persona como en su cuerpo. Pasó semanas lejos de la corte, con recomendaciones médicas de “ejercicio moderado, descanso para la mente y mucho aire campestre”: aunque ciertos rumores se extendieron sobre los motivos de su ausencia, la versión que se dio oficialmente fue que padecía una afección en los pulmones. Se empeñó en celebrar su regreso a la corte con una fiesta colorida. Al menos podía ofrecer al mundo una apariencia de normalidad.
Los siguientes años no volvió a quedarse encinta, y aún oscila entre resentir y agradecer el hecho. Su relación con el Marqués se enfrió. Él tomó, discretamente, una amante, que la propia Elizabeth decidió compartir en secreto (en parte por rabia hacia su marido, en parte porque realmente era una joven adorable). Cuando el Marqués murió, víctima de un accidente de caza, Elizabeth solo lloró en el funeral.
De esto hace ya dos años. La joven viuda acaba de salir del luto protocolario: si su padre no está pensando ya en futuros maridos, en breve lo hará. Y aunque Elizabeth jamás se negaría a los designios de su padre, una nueva boda no despierta su interés en absoluto.
Personalidad: Elizabeth no es un animal político, pero aprendió a serlo con la esperanza de elevarse a ojos del Duque. Décadas más tarde, la actuación que creó para su padre es inseparable de Elizabeth misma: deslumbrante y aguda como la luz contra un puñal, manipuladora, insegura y soberbia a la vez. La corte es su hábitat perfecto: le gusta todo el mundo, o sea, es indiferente a todos por igual. Los únicos que logran despertarle emociones genuinas son sus familiares. Los defendería con uñas y dientes (incluso a su hermana, cuya compañía encuentra irritante), pero es especialmente cercana a su mellizo. Edward la conoce nadie en el mundo.
FC: Holliday Grainger.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Cecily D’Anglevoix.
Clase social: Privilegiada. Hija del duque Rotherwood y marquesa de Bourges.
Edad: 23 años.
Historia: Durante el alumbramiento de la última hija de los duques de Rotherwood, la madre sufrió mucho y los galenos especularon que madre e hija no sobrevivirían. Cecily llegó un poco antes de lo esperado, y la pequeña sufrió en una de sus piernas que la dejaría con una cojera por el resto de sus días. Asombrosamente, tanto la madre como la pequeña se recuperaron rápidamente. Thomas había rezado a Santa Cecilia por ellas, así le dedicó el nombre a su hija.
Su aflicción en la pierna preocupó mucho a sus padres, lo que llevó a que la prestaran más atención. A sus hermanos no les importó mucho pero quien se vio afectada fue su hermana Elizabeth, quien se sintió celosa y acabó por resentirla. Cecily, sin embargo, contaría con el amor de Philip y Edward, quienes siempre se ocuparon de cuidarla en su niñez.
Su padre se involucró más con ella por su condición, contratando a los mejores galenos para tratarla. En ocasiones gastándose mucho dinero para su comodidad, aunque nada lograba remediar su cojera. A pesar de ello, crecería hasta convertirse en un joven muy bella y de gráciles modales, lo que apresuró a que su padre le buscara un matrimonio a su acorde y que la mantuviera a salvo. La casó con el lord Almirante que también era marqués de Bourges, muy a pesar de él. La dote de Cecily le cambió de opinión y se acabó casando con ella.
Desde que se casaron pasaron dos años y el marqués aún no ha consumado el matrimonio, ya que no encuentra atractivo en su esposa y es víctima de sus constantes burlas. Para alejarse de él y no tener que soportarle, Cecily fundó una congregación femenina para ayudar a los enfermos y pobres del reino. La no consumación de su matrimonio es un secreto ya que su esposo no quiere que nadie lo sepa, o su unión podría ser disuelta. Puede que su esposo no le encuentre atractivo, pero su dote le dio dinero y su matrimonio le acercó a la familia real. A ella no le importa ya que tampoco quiere compartir su lecho con él.
Personalidad: Es de salud frágil desde su nacimiento, pero ha demostrado ser muy tenaz. Sobre todo porque siempre ha recibido el apoyo de su padre, un hombre muy importante del reino, y aunque casada, goza de cierta independencia. Es muy religiosa ya que en la fe encuentra la paz de necesita. Prefiere evitar la corte pero le resulta imposible ya que su familia se aloja cerca del rey, por lo que siempre se encuentra en la capilla, biblioteca o jardines con su biblia o algún libro. Su relación con su hermana siempre ha sido seca aunque ella siempre intenta acercarse a ella. Sus hermanos, sin embargo, son más cariñosos con ella.
FC: Yasemin Allen.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Amelia (su verdadero nombre es Eloise, hija mayor de los anteriores reyes)
Clase social: Privilegiada. Hija de Lord Calterburry y su esposa.
Edad: 24 años.
Historia: Fue separada de su hermana cuando tenía cuatro años. Los pocos recuerdos de la separación se fueron borroneando con el tiempo y sólo le ha dejado un trauma con los incendios; les tiene pavor, aunque un incendio no sea a su criterio lo mismo que la mera llama de la chimenea. Sus padres son los anteriores reyes de Durkheim, pero ella no sabe nada sobre ello. Para ella su familia son Lord y Lady Calterburry, un matrimonio que en su momento sólo contaban con una hija mayor. Hoy la familia se compone por Amelia, la hija mayor, Elsa (27); y los mellizos menores, Camilla y Richard (18). Todos ellos han crecido juntos como compañeros de juegos y rodeados de amor, pero por motivos que ellos desconocen, Amelia fue educada aparte, con los mejores tutores que podían proveer con el dinero de Rotherwood. Fue instruida tal y como su hermana, aprendiendo idiomas, historia, literatura y filosofía; destacando en todas. También aprendió arquería, danza y monta. Al haber tenido todo lo que le hizo falta, ha crecido derecha y sin generarles dolores de cabeza a sus "padres". Vive con ellos en el castillo de Calterburry y es invitada de vez en vez a la Corte. El sueño del Lord es encontrarle un matrimonio provechoso o un cargo como dama de compañía de la reina. Ya tiene pretendientes en la mira, pero es tan bondadoso con ella que espera que viva su historia de amor, a menos que pase el tiempo y no encuentre a nadie de su gusto.
Personalidad: Es obediente y serena, paciente y educada. Suele decir lo justo y necesario a menos que le entablen conversación, allí se da rienda suelta pero intenta medir su pensamiento. Es muy apegada a sus hermanos y a sus padres. Es enamoradiza y soñadora, espera conocer al indicado en cada baile. Es la adorada del Lord y su presencia es exquisita para todo aquél que la conoce. Le apasiona la lectura y montar a caballo le resulta vigorizante. FC: Sai Bennett.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Elinor de Lusignan. [Su verdadero nombre es Anne, hija pequeña de los anteriores reyes]
Clase social: Privilegiada. Nieta de los barones de Henao.
Edad: 22 años.
Historia: Aunque no tiene memoria de ello, fue separada de su hermana cuando tenía dos años. Sus padres son los anteriores reyes de Durkheim, pero ella no sabe nada de sobre ello.
Para ella su familia son sus abuelos, los barones de Henao. Los barones habían perdido a su único hijo durante la guerra a causa de unas heridas que lo mantuvieron en dolor durante semanas. El hombre en cuestión había sido amigo del duque de Rotherwood, así que confió en que la princesa fuera bien criada por los padres de este. Lo único que ella sabe de sus ‘‘progenitores’’, es que su madre murió durante el parto y su padre perdió la vida luchando por James V en las revueltas que se sucedieron después de la guerra. Hubieron de mentirla sobre cuándo murió ya que en el momento en el que la tomaron bajo su cuidado tenía dos años, así que tenían que hacer coincidir su edad con los acontecimientos.
La criaron apartada de la corte, en un castillo no muy lejos de la capital, para no levantar sospechas. Bajo la supervisión de Rotherwood, los barones recibieron dinero del duque para que a la princesa no le faltara de nada. La educaron en varios idiomas, literatura, historia y filosofía, destacando en casi todos los ámbitos. Durante una de las visitas del duque, este se sorprendió al ver cómo la joven destacaba en sus estudios, casi tanto como sus propios hijos.
Se crió sola sin nadie de su edad, así que Elinor empezó a relacionarse con jóvenes del pueblo que la hicieran compañía. En una ocasión desapareció del castillo y tuvieron que buscarla hasta encontrarla junto al río acompañada de niños. Ella los había visto de lejos jugando, y como cualquier niña de su edad, se unió a ellos. A sus abuelos no les gustó aquello y la prohibieron alejarse del castillo. Por un tiempo obedeció, pero tras hacerse un poco más mayor, se vio inmune a sus órdenes. Sobre todo porque con su corcel podía ir a donde quisiera.
Los barones se mantuvieron en contacto con Rotherwood, así que este decidió que para mantenerla vigilada, sería dama de compañía de su hija Cecily en la corte. Nunca ha estado en la corte antes, por lo que le ha llegado como sorpresa que la hayan requerido para ser dama de compañía de la prima del rey. Pero no tiene otra que obedecer, como todos.
Personalidad: Tiene una naturaleza inquieta y muy curiosa por conocer todo lo que esté a su alcance. Tiene una ágil mente y una lengua muy versada capaz de hacer cambiar a cualquiera de opinión, o casi a cualquiera. Tras pasar los años se ha convertido en una joven muy bella, y en alguna que otra ocasión ha hecho uso de sus dones físicos para salirse con la suya. Es sofisticada, vivaz e ingeniosa, con una presencia carismática.
Disfruta mucho montando a caballo, una actividad que le fue prohibida por sus abuelos, pero quienes al final cedieron a sus ruegos. Le apasiona el arte y la música.
FC: Leyla Feray.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Joan Buillon.
Clase social: Privilegiada. Condesa de Eltham. Dama de compañía de la reina.
Edad: 36 años.
Historia: Con dieciséis años de edad, Joan se casó en secreto con el hijo de un barón que tenía diecinueve años, sin haber obtenido previamente el consentimiento real para parejas de su rango. Durante la guerra, su esposo se unió para luchar en defensa del rey Hal, pero sus familiares aprovecharon su ausencia y la obligaron a casarse con William de Montaigu, hijo y heredero del primer conde de Salisbury. Joan no puso de manifiesto el matrimonio precedente con su esposo porque temía que revelarlo lo llevara a la muerte por traición a su regreso. Ya que se habían casado sin el consentimiento real, lo mantuvo en secreto con sus familiares, pero ella lo hizo para que su amado no fuera castigado. Además, ella también se convenció de que ese temprano matrimonio era inválido y se dejó llevar por el consejo de sus padres.
Con ello cometía bigamia pues su primer matrimonio, aunque no era del conocimiento público, tenía plena validez. Tras la guerra, como condesa de Salisbury Joan vivía en la alta sociedad. Algunos meses más tarde, de manera inesperada, su esposo regresó herido tras haber sido apresado por el bando ganador. Con su vuelta, el asunto del matrimonio secreto con Joan salió a la luz.
Su retornado esposo, Anthony, recurrió al papa exigiendo que su esposa volviese con él y confesó el matrimonio secreto al nuevo rey. Joan lo apoyó en el conflicto, y al enterarse de esto, el conde de Salisbury, enfurecido, llegó a encarcelarla en su propia casa para evitar su partida.
Finalmente, el papa anuló el matrimonio entre Joan y el conde, con lo que ella volvió junto a su esposo, aunque no por mucho tiempo. Como su esposo había luchado a favor del rey Hal fue castigado y despojado de sus posesiones, y también pasó algunos años en prisión hasta que fue liberado por intervención de la reina Sibila. Joan y Sibila eran primas segundas por parte materna, así que se apiadó de ella y apeló a su esposo en su nombre para que liberasen a su esposo y poder por fin estar juntos.
Tras haber recuperado el favor real, Joan pasó a ser una de las damas de la reina aunque su esposo aún no ha recuperado la confianza del rey. Aún no sido capaces de tener un hijo, por lo que no tienen heredero.
Personalidad: De joven siempre llamó la atención por su coraje y aguda lengua. Nunca aceptó al hombre que su familia había escogido para ella, por ello optó casarse en secreto con el que era dueño de su corazón. Sin embargo, tras su separación, Joan cambió y la chispa que iluminaba su sonrisa se apagó. Tras convivir con el conde Salisbury sufrió bajo sus abusos, convirtiéndola en una persona sumisa. No sería hasta que Anthony volviese cuando Joan por fin recuperó su fuerza y vitalidad. Ahora que vive en la corte al servicio de la reina es más consciente de los juegos políticos y como cualquier acción errónea puede acabar con cualquiera. Piensa muy bien sus palabras antes de pronunciarlas , sobre todo con figuras importantes. Sabe la frágil situación de su esposo, por lo que no puede arriesgarse a volver a perderlo.
FC: Aslı Tandoğan,
Estado: Libre.
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Nombre completo: Ophelia Castleroy.
Clase social: Privilegiada. Hija de una familia de burgueses.
Edad: 34 años.
Historia: Como hija única de una familia muy importante de burgueses, Ophelia se crió para que un día heredase la gran fortuna y patrimonio de sus padres, haciendo de ella una mujer independiente y segura de sí misma. Eventualmente, sus padres la obligarían a casarse, ya que Ophelia se hacía mayor y era necesario engendrar un heredero. Aunque le hubiera gustado hacerse un hueco en la aristocracia, sus padres sugirieron a un banquero con actividades mercantiles por todo el reino. El suyo fue un matrimonio acordado por ambas partes. Entre ella y su marido siempre ha habido mutuo respeto, tanto que éste siempre acude a ella en busca de consejo. Los dos son prácticos y racionales y juntos trabajan como buen equipo. En lo que respecta a los asuntos de alcoba, la única noche que compartieron fue el día de la boda.
Aunque muchos en la corte no se dirijan a ella por no ser noble, otros acuden y se rodean con ella por su dinero. Es difícil para Ophelia saber quien realmente está con ella por algo más que interés, pero no es algo que le importe mucho siempre y cuando se vea en el bando ganador.
Ophelia tiene un secreto que ni siquiera sus padres saben; un hijo bastardo que es cuidado por unas monjas en un convento. La concibió de un hombre durante un viaje de peregrinación, y que no sabe de la existencia del niño. Cuando Ophelia conoció su estado decidió retrasar su viaje de vuelta a su hogar hasta dar a luz. Encomendó su cuidado a una monja que se lo llevó a un convento cerca de la capital, donde ella podría visitar a su hijo de vez en cuando.
Personalidad: Ophelia es una mujer bien conocida por no tener pelos en la lengua. Es sincera y directa a la hora de decir las cosas, mostrando también que es muy segura y que no se deja pisotear por nadie. Cuida personalmente de sus negocios y no confía en terceras personas que hagan el trabajo por ella. Quiere a su marido como a un amigo o compañero y siempre que puede saca un hueco para visitar a su hija en secreto.
FC sugerido: Hande Doğandemir.
Estado: Libre.
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Nombre completo: Constanza de Arlanza.
Clase social: Privilegiada. Hija del conde de Ribagorza.
Edad: 28 años.
Historia: Apenas pudo conocer a su padre que murió poco después de su nacimiento, y con su madre la relación fue muy fría y distante, lo que le producía un sentimiento de admiración, por una parte y, por otra, de temor hacia ella. Su madre había quedado viuda joven y con cuatro hijos cuya educación y bienestar tuvo que cuidar, además de las tierras y propiedades de su marido.
Estudió gramática, clásicos, historia y Sagrada Escritura, igual que sus hermanos. Y su educación se amplió más cuando acompañó a su hermana a la corte aragonesa donde contraería matrimonio con un importante duque. Su madre le había conseguido un matrimonio ventajoso para su primogénita así que buscó también que Constanza no se quedara atrás con un puesto en la corte que le abriría las puertas. Ahí pudo terminar de cultivar su mente, encontrando gran placer en la poesía. Su estancia en el palacio real le permitió conocer a las mentes más brillantes del reino, rodeándose de esa manera de artistas.
Destacó mucho en la corte aragonesa de Juan II, quien decidió enviarla como de compañía de la princesa Wilhelmina cuando recién se había desposado con el hermano del rey de Francia. Como señal de buena voluntad entre ambos países. Nadie había tomado su consentimiento para dejar su tierra, pero como era un orden directa del rey, nada podía hacer salvo obedecer.
Su viaje al vecino galo hasta la capital fue largo y tedioso, y su llegada la corte parisina no fue recibida con mucha alegría. Se encontró sola en una tierra extranjera y durante unos meses su único consuelo era la correspondencia que mantenía con su familia.
Le costó ganarse la confianza y favor de la princesa de Durkheim, a quien servía con mucha obediencia. Ella también se encontraba en una tierra que no era suya, alejada de sus queridos y además casada con un hombre al que despreciaba. El tiempo se encargó de que ambas pronto entablaran amistad, llegando a ser su más preciada confidente. La sirvió durante los años que estuvo casada, y al enviudar la acompañó a su hogar natal donde sigue siendo su dama de compañía.
Personalidad: Es conocida como una mujer de letras y mente ilustrada. Su experiencia en tres distintas cortes reales la han hecho muy perspicaz y poco de fiar. Sabe que no hay sitio más peligroso que un palacio real, especialmente en uno con muchos nobles ambiciosos y avariciosos.
FC: Natalie Portman o Scarlett Johansson.
Estado: Libre.
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Nombre completo: Giuditta podestá, nombrada sor Emmanuele al entrar en el convento.
Clase social: orden mendicante.
Edad: 25 años
Historia: sor emmanuele recordaba tan poco de su infancia como ella misma se lo permitía. Hija de Chiara podestá, regenta de uno de los burdeles ambulantes —sí, ambulantes, porque de soportales a alcobas y palazzos aún había un trecho—, se crió tan alejada de la gracia de dios como hondos eran los pozos y crueles eran los hombres. Por ese entonces, claro, emmanuele aún era giuditta, y giuditta tenía un piquito que usaba para trinar en la plaza y era ligera para revolotear sobre los pies de los mercantes.
Giuditta creció, y como creció y creció, su madre igual envejecía, y los señores la reconocían porque era hija de su madre, con su mismo pelo y su mismo andar, y todos habían empezado a maquinar si la niña era igual que la señora. Lo que no sabían, a pesar de las miradas en blanco y los chillidos a media noche, era que giuditta era peculiar. y es que, la niña soñaba con las espadas llameantes, con corderos y zarzas que le decían 𝘷𝘦𝘯, 𝘷𝘦𝘯, 𝘷𝘦𝘯... para que luego por las mañanas, con la lengua hecha pedazos de mordida y una voz ronca de angustia y hiel, aguantase por unos mendrugos cómo otras manos le rogaban un 𝘷𝘦𝘯, 𝘷𝘦𝘯, 𝘷𝘦𝘯.
Con una salud frágil y la cabeza todavía demasiado joven, la muerte de su madre supuso la huída de los soportales y la entrada en su primer convento, aún en la región umbra y donde recibió su nombre. Su estancia allí no duraría mucho: su carácter histriónico y episodios de violencia comprometerían al resto de novicias, temerosas de ella, sus voces y sus versos. Así, con poco más que sus ángeles y estandartes, sor emmanuele probaría suerte con los misioneros de la orden franciscana, una orden mendicante que acabaría por llevarla a su nuevo hogar, el convento de las hermanas clarisas en el (sagrado) corazón de Durkheim. Allí, ignorante de los asuntos de la corte y la sangre, sus nuevas hermanas la reciben con las palmas al cielo y harmonías celestiales, haciendo oídos sordos cuando desde su celda solo se la escucha gemir 𝘺𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘭𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘰 𝘴𝘰𝘺.
Personalidad: desde que era niña, sor Emmanuele ha tenido muchos problemas para relacionarse. No contar con amigos de su edad, su frágil salud y el ambiente en el que estaba relegada a moverse no ayudaban y, a medida que crecía, la constante sensación de estar en los límites de la cordura la hacían adoptar comportamientos erráticos, volátiles. Desconfiada con los extraños e impaciente con sus seres queridos, teme por su seguridad y de aquellos que la rodean, pero no lo suficiente como para descarrilarse de lo que ella cree que es su cometido divino.
FC: Audrey Hepburn.
Estado: Ocupada.
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Nombre completo: Royse Clermont.
Clase social: Baja, cocinera de palacio. Hija bastarda de Hal, el anterior rey.
Edad: 25 años.
Historia: Para entender la historia de Royse hace falta contar las dos versiones de la misma.
La primera, la que ella conoce, se basa en el amor puro y simple entre la cocinera de palacio y el mozo de cuadra. Un amor que duró con los años y que tuvo como fruto una hermosa bebé sietemesina de aspecto frágil pero de naturaleza fuerte y luchadora. Un bebé bien recibido por el mozo de cuadras y la -por aquel entonces- cocinera. Una familia humilde, pequeña y feliz.
La segunda historia, la verdadera y única, es aquella que Florence, su madre, se llevó a la tumba en un secretismo y picardía absolutas, pues la verdad era que Royse no era hija de su marido.
Era un secreto que Florence y el anterior rey se veían a escondidas; al principio sus encuentros se limitaban a reuniones banales y superficiales donde trataban los menús, ingredientes y perfeccionaban los manjares de los festines. Pero al final aquellos encuentros acabaron siendo fogosos e ilegítimos. Una infidelidad recurrente que tuvo como fruto a Royse en una noticia agridulce, pues Hal, el rey, se desatendió de la misma y cortó todo encuentro carnal con Florence.
Florence, que de tonta no tenía ni los pies, se aseguró de eliminar cualquier vínculo que pudiera haber entre ella y el rey para que no le quitaran a su pequeña ni la reina se enterase y la tomara con ella, aunque esto no evitó que su embarazo fuera problemático y lleno de disgustos, acarreándole multitud de problemas de salud que culminaron en el nacimiento adelantado de Royse.
La pequeña creció, y conforme se iba desarrollando el miedo de la cocinera iba incrementando, pues temía que Royse adquiriera parecido con su verdadero padre. En un intento de proteger a su hija, Florence empezó a muy temprana edad a teñir de dorado los cabellos de su primogénita. Las hebras castañas que de forma natural salían de su cuero cabelludo acabaron siendo opacadas por el color propio de la decoloración. Florence, como cocinera reconocida y persona con mucha labia, tenía muchos contactos a los que recurrir, por lo que no le era complicado ni resultaba sospechoso que cada mes o dos meses pidiera una buena dosis de sebo de cabra, plantas maceradas, manzanilla y madera de haya que más tarde hacía cenizas: los ingredientes perfectos para decolorar los cabellos de su hija.
Las intenciones de Florence con su hija Royse jamás fueron malas, era una madre dedicada y sumamente protectora que alegaba un historial de tiña en el pelo de sus familiares como excusa para camuflar su color original. Le decía que, el hecho de ser sietemesina, había hecho que fuera enfermiza y delicada, por lo que una manera de protegerla de la tiña era untando sus cabellos con aquella "pasta" especial. Una costumbre que acabó adquiriendo y, pese a que nunca le gustó el color resultante, terminó acostumbraba a la consecuencia.
Royse fue educada con un férreo valor de la humildad. Le enseñaron a leer, a escribir y le inculcaron la necesidad de ser amable y compartir con los más necesitados, por lo que no fue sorpresa que Royse se escapara con la intención de ayudar a quienes necesitaban ser ayudados. Compartió comida, tela, ropa y pasó tiempo con aquellos desfavorecidos que vivían en las calles.
Así, y con el pasar de los años, Royse acabó conociendo en una de sus aventuras a Elinor de Lusignan, con la que trabó una fuerte amistad que perduró con los años hasta la actualidad.
Durante sus escapadas descubrió su gusto por los paseos, por la oscuridad de la noche y por la luna llena. Así como también de la poesía y arte, sobre todo por el dibujo.
Sin embargo, sus visitas al pueblo acabaron cesando y su trabajo de ayudante de cocina en palacio se vio sustituido cuando su madre falleció tras una larga enfermedad. Se quedó con su puesto al ser la única que conocía las recetas de Florence, y lo que al principio comenzó siendo un trabajo bajo presión acabó siendo otra de sus muchas cualidades a destacar. Cocinaba de maravilla, no había ninguna comida que se le resistiera pero sobre todo se hizo a conocer por su exquisita bollería y repostería.
Le gusta su trabajo, pero trabaja arduamente con la intención de pagar las necesidades de su padre -el mozo de cuadra- que, enfermo y desvalido por sí mismo, es incapaz de estar en pie más de un rato. Lo hace gustosamente, pero no es tonta y sabe que le queda más bien poco de vida, por lo que intenta animarlo y hacerlo más llevadero. Aunque trabaje hasta tarde, siempre busca un hueco libre para leerle sus poesías favoritas, incluso cuando no la reconoce.
Personalidad: Royse es una muchacha inteligente, directa y con un fuerte carácter, es decir, no suele tener pelos en la lengua y habla sin tapujos y con bastante descaro, pero no por ello es maleducada; siempre intentará tratar con educación y respeto a sus superiores en estatus social. Es una superviviente nata gracias a su capacidad de adaptación y astucia, lo que a veces le da la mala imagen de oportunista e interesada. Su fuerte carácter permite que se mantenga firme y terca en sí misma y sus ideales, siendo bastante difícil de manejar. Es ingeniosa, sensata y muy madura y responsable. Siempre estará ahí para escuchar las penas de los demás y para intentar remediarlas. Dulce a su manera, es difícil sacarla de sus casillas y mantiene un lado gentil y noble que la caracteriza; nunca querrá hacer daño a nadie, y si para ello se debe sacrificar lo hará gustosamente. A menudo piensa más en los demás que en ella misma, lo que hace que lleve sobre sus hombros el peso de un exceso de responsabilidad que no le corresponde. Es muy trabajadora, a veces roza el exceso y no pone un límite para descansar o desconectar. Sin embargo, es de risa fácil, dotándola de un toque burlón y juguetón que permite que disfrute de cosas tan sencillas como una historia descabellada, un juego de palabras o un baile torpe y mal hecho. Se sonroja cuando hablan bien de ella y suele ponerse nerviosa e incómoda al ser el centro de atención, lo que denota su gusto por pasar desapercibida y la sencillez.
Curiosidades:
—Cocina de maravilla, un arte que heredó de sus abuelos y de su madre, la antigua cocinera en palacio. Sin embargo, es conocida por su sabrosa repostería y bollería.
—Su sueño es vivir en una granja y montar una panadería.
—Su comida favorita es el queso y la sopa de pollo.
—Le gusta leer y dibujar, pero sobre todo dibujar. A menudo y en sus tiempos libres se dedica a rellenar con dibujos su bloc de dibujo, el cual atesora con garras y no deja que nadie vea.
—Adora montar en caballo, aunque no suele tener tiempo para hacerlo.
—No sabe bailar, pero tampoco le hace especial ilusión aprender.
—Su padre (el que la crio), sí sabe su verdadero origen. Pese a eso siempre la ha protegido y le ha importado bien poco la sangre que corriera por sus venas: la ha educado, criado y cuidado como si hubiera sido hija propia.
FC: Lily Jamees.
Estado: Ocupada.
ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ғᴇᴍᴇɴɪɴᴏs: Sobre nosotros

Nombre completo: Julietta D’Este
Clase social: No privilegiada. Burguesa (comerciantes y mecenas).
Edad: 23 años.
Historia: La familia D’Este tiene su origen en Ferrara, Italia, en dónde tienen un gran poder e influencia como mecenas y comerciantes especializados en el sector textil, se dedican a vender telas y también trajes confeccionados a la nobleza italiana, lo que les hizo crear una inmensa fortuna que actualmente también la invierten en el mecenazgo.
Son grandes defensores de las artes y mecenas de los mejores artistas italianos.
Pero como ya se sabe, toda casa que quiera mantenerse estable durante el tiempo, tiene que tener ramificaciones en otros países que no sean Italia y esto paso cuando el bisabuelo de Julietta se casó con una burguesa que tenía tierras en Durkheim, y así es como una parte de la casa D’Este se trasladó a vivir y allí, y otra siguió con su influencia en Italia.
Allí los bisabuelos de Julietta comenzaron a comercializar sus telas y trajes a la nobleza, para posteriormente los padres de Julietta, dedicarse al mecenazgo allí también, ayudando a artistas de Durkheim a ganarse una reputación.
Conocidos por la mayoría de habitantes y también por la nobleza, D’Este era una de las familias más admiradas y conservadoras del lugar.
Así que cuando nació la pequeña Julietta fue educada estrictamente y con mucho esmero.
Julietta vivió una infancia feliz, rodeada de lujos, y teniendo todo lo que quería a su alcance a pesar de la mano dura que sus padres aplicaban en su educación y modales.
Era hija única puesto que su madre Amalia, sufrió de 4 abortos y en el último casi muere, por lo cual, ella no podía volverse a quedar embarazada por recomendación de sus médicos.
Todo parecía ir de perlas hasta que Julietta a los 16 años se enamoró de un trabajador, algo que sus padres jamás permitieron.
Julietta se escapaba para verle e incluso llegó a intentar prometerse con él en secreto, pero esto fue parado por sus padres quienes acusaron al pobre hombre de manipulación y de haber mancillado l honra de su hija.
Dos días después el muchacho apareció muerto.
Nadie sospechó de la familia D’Este debido a su gran influencia.
Julietta se hundió en la depresión, algo que le costó 2 años salir de ella.
Se juro así misma nunca más volverse a enamorar, sus padres le juraban que ellos no habían tenido nada que ver en la muerte del muchacho, pero ella en el fondo de su ser sentía que esto no era así.
Al poco tiempo, su madre murió de gripe, dejándola sola con su padre, este dejó de lado a Julietta por los negocios, mientras que Julietta se dedicaba al mecenazgo y captar a nuevos artistas, al ser mujer su padre, quien tras la muerte de su madre se había convertido en una persona fría y distante, no la veía capaz para encargarse del negocio familiar.
Pero Julietta ahora es una adulta y quiere demostrarle que se equivoca, una mujer puede hacer frente a todo lo que se proponga.
Personalidad: Es una persona que oculta su malestar y tristeza con una “falsa alegría” puede tener el peor día de su vida, que ella ahí estará, sonriendo como si nada mientras se muere por dentro.
Es bastante insegura e ingenua, suele confiar muy rápido en las personas y en las falsas promesas, lo que le suele llevar a situaciones bastante malas.
FC: Caitlin Stasey.
Estado: Ocupada.
ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ғᴇᴍᴇɴɪɴᴏs: Sobre nosotros

Nombre completo: Hyacinth Neville.
Edad: 28 años.
Clase social: Privilegiada. Duquesa de Kenilworth. Miembro del consejo real (tribunal de justicia.)
Historia: La corte real siempre ha sido el lugar residencial de la joven muchacha. Desde muy temprana edad, su crianza y educación quedaron a cargo de su madre, cortesana y prima de la antigua reina, haciendo que sus conocimientos comenzaran a aflorar desde pequeña en su cerebro y por tanto, despertara una astucia y labia casi desmesuradas.
Su vida no fue más que un camino de rosas hacia la cima, una cima repleta de oro y colmada de mimo y caprichos que pese a lo esperado, eran secundarios para la morena; ella solo deseaba leer, aprender y culturizarse en un proceso extenso que haría de ella una mujer sabia, estratega y devota de la política.
A los seis años ya hablaba francés, italiano, latín, griego y árabe con fluidez, y a los diez ya era capaz de recitar con elegancia un poema al revés. Su don, aparte de ser físico y esculpir en ella una mujer hermosa, se hallaba en amplitud en sus maestrías y talentos.
Su progenitora estaba orgullosa de la mujer en la que, con ayuda de su prima la antigua reina, se había convertido Hyacinth.
Sin embargo, aunque la relación entre madre-hija se había convertido en un vínculo fuerte, se enfrió al morir su padre.
Al inicio de la guerra, en 1472, su padre continuó apoyando la causa de los Wittelsbach. Durante el curso de las operaciones bélicas fue hecho prisionero por el duque de Rotherwood, quien más tarde otorgaría la corona a su sobrino. Durante el tiempo que pasó siendo rehén del duque, ambos hombres habían llegado a un acuerdo mutuo que les beneficiara, por lo que su padre pasó a apoyar la causa de los D’Anglevoix al considerar perdida la de los Wittelsbach.
Su padre y su segundo hijo, John, fueron hechos prisioneros por soldados de los Wittelsbach, y sin aparente juicio los dos fueron decapitados.
Tras aquello, la fémina jamás fue la misma. Su energía había cambiado y cualquier buen observador podría afirmar que su aura era oscura y melancólica. Estudió sobre venenos, se adiestró con dagas, arcos y espadas y en secreto, fue siendo cada vez más inteligente y más letal. De un golpe había perdido a su padre y uno de sus hermanos, de la manera más horrible y violenta.
Los años pasaron, y con ellos el sentido de la justicia de la morena se desarrolló de una manera perfecta; jamás dejaba pasar una injusticia, y siempre intercedía e imponía su idea de justicia ante los demás.
Su segundo hermano Richard nunca se había interesado en ocupar su puesto como heredero al duque de Kenilworth, prefiriendo ocupar su tiempo viajando a través de Europa. Ni siquiera el hijo que había engendrado con su esposa parecía llamar su atención, por lo que cedió su cuidado y educación a Hyacinth. La madre del niño había perecido hacía unos años a causa de la tuberculosis, y como la propia madre de Hyacinth no se encontraba en sus cabales, fue ella la que tomó las riendas del control y se aseguró de administras las tierras, haciendas y patrimonio de su familia. Demostró ser muy capaz y diligente, pero lo que más llamó la atención fueron los castigos y la justicia que imponía en sus territorios, lo que la llevó a ser parte del consejo real y a su vez, del tribunal de justicia.
Personalidad: Dada su historia y vida, es sencillo deducir que Hyacinth es una mujer femenina, elegante y refinada. Cada uno de sus movimientos, incluso los más letales, están cargados de majestuosidad y porte.
Es inteligente, observadora y determinada. Le encanta llevar la razón y debatir para tenerla, pero sobre todo le encanta jugar con sus presas antes de comérselas.
La filosofía, así como la política, son artes por las que siente pasión, tanto que es bastante común hallar en su despacho en palacio una librería solo dedicada a aquellos ámbitos.
Le gusta juguetear con venenos, incluso alguna vez ha llegado a crear el suyo propio y a untar del mismo sus armas. Siempre lleva dos dagas; una en el muslo y la otra en su bota, y no dudará en utilizarla de ser necesario.
Es tranquila, incluso cuando se enfada no levanta la tonalidad de su voz. Tiene una paciencia infinita, o al menos en apariencia, pues pese a que lo primero para ella es mantener el porte elegante y fino, lo cierto es que por dentro solo tiene odio, rencor y dolor. Su crueldad puede ser vista a la hora de impartir los castigos correspondientes a cada fechoría, y es bastante frecuente que la conozcan por su forma humillante de enjuiciar según qué casos.
Su personalidad es extrovertida y muy fuerte, una mujer sensual de armas tomar y que denota un claro disgusto por las injusticias, inmoralidades y abusos. A menudo se la ve montando en su yegua color canela por el pueblo, asegurándose de que la orden y leyes son bien impartidas.
Su rostro y lenguaje corporal son armas letales que usa a su favor y que domina a la perfección. Sabe ocultar cualquier sentimiento que logre alterarla, su aura y carácter son demasiados fríos e inexpresivos como para hacerlo. No tiene pelos en la lengua, y como tampoco tiene filtro, es frecuente que haga daño a los demás con sus palabras. No obstante, no le importa destrozar a los demás a su paso porque simplemente no se da cuenta y casi nadie tiene un lugar en su corazón.
Siempre intenta cuidar de su sobrino y madre, ya que esta última sigue dolida por la pérdida de su esposo e hijo. Veinte años habrán pasado, pero la pobre aún tiene pesadillas y los ve en sueños, a veces incluso habla sola o finge conversar con ellos, como si estuvieran delante de ellos.
Su sobrino por otro lado, es muy joven e inocente, que carece de madre y cuyo padre parece haberlo abandonado, por lo que Hyacinth tiene un lado muy protector con él. Toda la presión de la familia ha recaído sobre sus hombros, y desprecia a su hermano por débil y haber huido.
En resumen, Hyacinth es una mujer complicada, sensual, juguetona, burlona y determinada. Sabe lo que vale y lo que quiere, y lo que quiere lo quiere ya mismo. A menudo, su crueldad es opacada y calmada al aplicar justicia a quien lo merezca, tanto así, que peca de obsesiva y se frustra cuando alguien no tiene su merecido.
FC: Bruna Marquezine.
Estado: Ocupada.
ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ғᴇᴍᴇɴɪɴᴏs: Sobre nosotros

Nombre completo:
Clase social: Privilegiada. Prima de la exreina.
Edad: 35 años.
Historia:
Personalidad:
FC: Annabel Scholey.
Estado: Libre.
ᴘᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs ғᴇᴍᴇɴɪɴᴏs: Sobre nosotros
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